Francesca Woodman (
Denver,
Colorado, 3 de abril de 1958 -
Nueva York,
Estado de Nueva York, 19 de enero de 1981), fue una
fotógrafa estadounidense, nacida en el seno de una familia de artistas. Sus padres,
George Woodman y
Betty Woodman, eran artistas plásticos que ahora gestionan un archivo de más de 800 imágenes, 120 de las cuales han sido expuestas o publicadas. Obtuvo de ellos sus primeras influencias hacia el arte, de tal forma que, desde pequeña, lo conceptualizó no sólo como un modo de vivir, sino más bien como un modo de pensar.
La infancia de Francesca transcurrió entre
Boulder, un pueblo de
Colorado, y
Antella, una aldea de la campiña
toscana frecuentada por artistas y exponentes de la alta sociedad de
Florencia. Su interés por la fotografía surgió a una edad muy temprana, con solo 13 años empezó con sus primeros trabajos, ya adoptando un estilo característico, casi siempre fotografiando en
blanco y negro, con formato cuadrado, y dando prioridad a la iluminación para, a través de ella, conseguir centrar la atención sobre un sujeto principal (y normalmente único) en la escena.
Entre los años
1975 y
1979 fue estudiante de la
Rhode Island School of Design en
Providence, y fue aceptada en el Programa de Honores que le permitía vivir durante un año en las instalaciones de la escuela en
Palazzo Cenci en
Roma. Allí se identificó con el
surrealismo y el
futurismo, que desde entonces ganaron presencia en sus fotografías, así como la decadencia, representada en las paredes desnudas y los objetos antiguos que también comenzaron a poblar sus trabajos.
Se trasladó a
Nueva York en 1979, donde quiso hacer carrera fotográfica. Envió portafolios a algunos fotógrafos de moda, pero sus esfuerzos no se vieron recompensados. Debido a su fracaso y a una ruptura sentimental, Woodman entró en una
depresión. El
19 de enero de
1981 Francesca Woodman se suicidó saltando por una ventana del
Lower East Side de
Manhattan. Antes de suicidarse, en una carta a un amigo de la escuela,
Sloan Rankin, escribía las siguientes palabras. “Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas…”.










